CARA A
Era un día triste, raro, nublado, sin ganas de nada.
Un día como otro cualquiera, nada interesante que contar.
Paseaba por una calle sin nombre de una ciudad cualquiera.
Pero….sin saber de donde, apareciste tú…como salida de mis más fantasiosos pensamientos.
Te ibas acercando como pantera hacia su presa, lentamente, mirada fija, directa...
Pasos estudiados, contoneo del cuerpo, tu melena al viento.
Te miré a los ojos… no podía dejar de mirarte, ni siquiera tan solo un instante.
Inmóvil, hipnotizado por tu presencia, atraído hacia ti como un imán a otro imán.
El tiempo se paró a mí alrededor, ni brisa, ni gente, solo tu presencia y la mía.
El espacio se llenó de luz, de alegría, de bien estar… de verdadero embrujo.
Mi cuerpo se lleno de vida, mi corazón latía y latía, mis piernas no respondían.
Sentí cómo se enrojecía mi cara con esa mirada tuya….
Te seguí con la mirada y pasaste de largo… el aroma de tu piel se quedó en el ambiente.
Me giré y te giraste hacia mí… y una sonrisa en tu cara iluminó tu rostro, haciéndote aún… más bella.
Quise seguirte y tropecé con la acera, parecía un idiota.
Al final y sin remedio, desapareciste entre la gente.
Y en esa calle sin nombre, de esa ciudad cualquiera., me quedé tan solo… con tu aroma, tu mirada, tu sonrisa… y con ese recuerdo tuyo.
CARA B
Era un día extraño, raro, gris, sin ganas de ver nada.
No era un día como otro cualquiera, esperaba algo interesante que contar.
Paseaba por una calle sin nombre de una ciudad cualquiera.
Pero…. ¡ay dios! sin saber de donde, apareciste tú…como salida de mis mas profundas pensadillas.
Te ibas acercando como gata o gato… hacia su presa, lentamente, mirada fija, directa...
Pasos estudiados, contoneo del cuerpo, tu melena morena al viento, collar de firma.
Te miré a los ojos… no podía dejar de mirarte, me quedé estupefacto en ese mismo instante.
Inmóvil, hipnotizado por tu presencia, atraído hacia tu imagen…como un imán repele a otro imán.
El tiempo desapareció a mí alrededor, ni brisa, ni gente, sólo tu presencia y la mía.
El espacio se lleno de estupor, perplejidad… de verdadero embrujo.
Mi cuerpo se vació, mi corazón latía y latía, mis piernas no respondían.
Sentí mi cara enrojecida con esa mirada tuya….
Te seguí con la mirada y pasaste de largo… el aroma de tu piel, aggg... se quedó en el ambiente.
Me giré y te giraste hacia mí… y una sonrisa en tu cara iluminó tu rostro, haciéndote aun más… más… es igual.
Quise seguirte y tropecé con la acera, parecía no ver lo que estaba viendo, parecía un idiota.
Al final y sin remedio, desapareciste entre la gente.
Y en esa calle sin nombre, de esa ciudad cualquiera., me quedé… con tu aroma, tu mirada, tu figura…y con tu recuerdo en mi mente de por vida.
¡Por diosssss!
…Carlos Ortiz V…
Era un día triste, raro, nublado, sin ganas de nada.
Un día como otro cualquiera, nada interesante que contar.
Paseaba por una calle sin nombre de una ciudad cualquiera.
Pero….sin saber de donde, apareciste tú…como salida de mis más fantasiosos pensamientos.
Te ibas acercando como pantera hacia su presa, lentamente, mirada fija, directa...
Pasos estudiados, contoneo del cuerpo, tu melena al viento.
Te miré a los ojos… no podía dejar de mirarte, ni siquiera tan solo un instante.
Inmóvil, hipnotizado por tu presencia, atraído hacia ti como un imán a otro imán.
El tiempo se paró a mí alrededor, ni brisa, ni gente, solo tu presencia y la mía.
El espacio se llenó de luz, de alegría, de bien estar… de verdadero embrujo.
Mi cuerpo se lleno de vida, mi corazón latía y latía, mis piernas no respondían.
Sentí cómo se enrojecía mi cara con esa mirada tuya….
Te seguí con la mirada y pasaste de largo… el aroma de tu piel se quedó en el ambiente.
Me giré y te giraste hacia mí… y una sonrisa en tu cara iluminó tu rostro, haciéndote aún… más bella.
Quise seguirte y tropecé con la acera, parecía un idiota.
Al final y sin remedio, desapareciste entre la gente.
Y en esa calle sin nombre, de esa ciudad cualquiera., me quedé tan solo… con tu aroma, tu mirada, tu sonrisa… y con ese recuerdo tuyo.
CARA B
Era un día extraño, raro, gris, sin ganas de ver nada.
No era un día como otro cualquiera, esperaba algo interesante que contar.
Paseaba por una calle sin nombre de una ciudad cualquiera.
Pero…. ¡ay dios! sin saber de donde, apareciste tú…como salida de mis mas profundas pensadillas.
Te ibas acercando como gata o gato… hacia su presa, lentamente, mirada fija, directa...
Pasos estudiados, contoneo del cuerpo, tu melena morena al viento, collar de firma.
Te miré a los ojos… no podía dejar de mirarte, me quedé estupefacto en ese mismo instante.
Inmóvil, hipnotizado por tu presencia, atraído hacia tu imagen…como un imán repele a otro imán.
El tiempo desapareció a mí alrededor, ni brisa, ni gente, sólo tu presencia y la mía.
El espacio se lleno de estupor, perplejidad… de verdadero embrujo.
Mi cuerpo se vació, mi corazón latía y latía, mis piernas no respondían.
Sentí mi cara enrojecida con esa mirada tuya….
Te seguí con la mirada y pasaste de largo… el aroma de tu piel, aggg... se quedó en el ambiente.
Me giré y te giraste hacia mí… y una sonrisa en tu cara iluminó tu rostro, haciéndote aun más… más… es igual.
Quise seguirte y tropecé con la acera, parecía no ver lo que estaba viendo, parecía un idiota.
Al final y sin remedio, desapareciste entre la gente.
Y en esa calle sin nombre, de esa ciudad cualquiera., me quedé… con tu aroma, tu mirada, tu figura…y con tu recuerdo en mi mente de por vida.
¡Por diosssss!
…Carlos Ortiz V…
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