LA VOZ DE LA CONCIENCIA

Tenia ganas de estar solo, sin ruidos ni gente…
sin teléfono, televisión o radio que escuchar.
Tenia ganas de estar solo… “sin ná de ná”
Me pongo en marcha.
En mis pies… unas botas viejas,
a mi lado… mi soledad… ¿para que quiero más?
Enfrente… el valle verde con sus almendros en flor.
El cielo azul y un águila a lo alto vigilando mi camino.
Liebres alejándose despavoridas al notar mi presencia.
Disfruto intensamente de tanta belleza.
De ese olor dulzón… de flores frescas y miel de abeja.
El sonido me envuelve… momento único,
trinar de jilgueros, corriente del río y agua cristalina,
percusión de piedras peleando por mantener su sitio.
Cañaveral que se mueve por la brisa, chocando entre si,
guardando armonía…
Partitura única llena de notas y sensaciones,
sonidos mágicos como el tintineo de los abalorios
de una zíngara saliendo a mí encuentro.
Un árbol centenario me brinda un descanso.
Cortezas gastadas, raíces entrelazadas, brotes nuevos,
savia de vida deslizando frases de conciencia.
Susurros del viento, de hojas perennes que me asustan y
me atraen, como un cóctel de mil sonidos diferentes
moldeando la voz de la conciencia,
cobrando vida en mi interior,
recordatorio de momentos en un libro de erratas.
Tapo mis oídos con mis manos,
mientras se desatan voces del pasado castigando mi presente.
Y por fin… soy consciente.
Conciente de pecados veniales y errores fatales
que pasan factura marcando surcos en la conciencia.
Una làgrima cae como pidiendo perdón a la vida.
Y lloro… lloro por aquellos que esperaron más de mí.
Por los que me amaron y no amé.
Por los que confiaron y defraudé.
Por los que me dieron sin pedir y no correspondí.
Por los han estado sin estar ya.
Por los que han sido y quisieron dejar de ser.
Por los que no he podido hacer tan solo decir…
Por, por, por y tantos por…
Hoy este viejo árbol llora hojas conmigo.
Pierdo la noción del tiempo… seco mis lágrimas,
miro las raíces y vislumbro un perdón.
Una sonrisa me ilumina la cara…
Y la voz de la conciencia me dice…
No llores más,
tu libro ahora ya esta libre de erratas.

...Carlos Ortiz V...